La economía que viene tiene luces y sombras, aunque por en estos días cercanos a las elecciones priman los brillos de algunas estadísticas oficiales que hoy son creíbles para todos (y todas). Por ejemplo, la recaudación que creció por encima de la inflación en septiembre y de la mano de los tributos atados al nivel de actividad. Los ingresos son un aliado fundamental para el gobierno de Mauricio Macri, que no prevé recortes en los presupuestos asistenciales para el año próximo, en el que no habrá ningún blanqueo salvador.
Por eso, el Gobierno necesita imperiosamente que esta vez sí las señales de recuperación en el campo, la construcción y fundamentalmente la industria sean sostenidas, porque aunque con pocos vencimientos en 2018 el nivel de endeudamiento no podrá bajar hasta 2020, según las proyecciones del mismo ministro de Finanzas, Luis Caputo. Es decir, la única receta que imagina el Presidente para recortar el rojo fiscal es reducir su peso en relación al PBI por la vía de los ingresos. Ir aumentando la actividad y el empleo, e ir bajando al mismo tiempo con cintura de equilibrista, el endeudamiento. Un objetivo ambicioso pero no imposible, sacando la foto actual. Las empresas que operan en el país tomaron nota.
A futuro, la AFIP, que conduce Alberto Abad, es una pieza de relojería premium. Se viene un ente recaudador que con el perfil inobjetable de su actual timonel apretará clavijas a evasores, grandes empresarios y sindicalistas flojitos de papeles en blanco y en negro, y aumentará la base de contribuyentes. Abad, con sus conocimientos y sin ninguno de los métodos patoteros de su antecesor Ricardo Echegaray (investigado por la Justicia), tiene todo el respaldo político de Macri.
Por eso, sostener la actividad es la clave para el Gobierno. Hay cierta preocupación por la situación del campo y las pérdidas por las inundaciones que complicarían la cosecha y las divisas el año próximo. También porque si bien crecen las importaciones, en especial las de bienes de capital que según la consultora Abeceb subieron un 42% en agosto pasado respecto del año anterior, las exportaciones en cambio no logran subir su velocidad. Hay excepciones: los sectores automotriz y el petrolero están volando y desbordan optimismo para los próximos años. En los últimos meses hubo muchas visitas de CEOs internacionales de multinacionales petroleras especializadas en exploración que se reunieron con Macri y esperan los resultados de octubre, y también más «normalidad» en la Argentina, como se escuchó en los stands de los jugadores líderes que participaron de la Oil-Gas Expo la semana pasada en la Rural.
En la cartera de Producción continúa el malestar con los industriales que siguen pataleando por el ingreso de importaciones. El ministro del área, Francisco Cabrera, reflotó por estos días una carta que había enviado a la Unión Industrial, presidida por Miguel Acevedo, por el Día de la Industria. «El problema de la Argentina no son las importaciones sino las exportaciones. Exportamos poco. Tenemos que salir a vender los productos argentinos porque hay un mercado de 6000 millones de habitantes que satisfacer», rezó esa misiva.
En la secretaría de Industria, que preside Martín Etchegoyen, afilan detalles de proyectos provinciales en la misma dirección. Según datos oficiales, Córdoba y Mendoza empatan en la cantidad de proyectos presentados en el plan Potenciar para que se incorporen cada vez más componentes nacionales en las producciones de multinacionales. También la obra pública sostiene el mediano plazo, como la apertura de ofertas el próximo miércoles 18 en Mendoza, para construir el primer tramo por casi u$s 3000 millones de la autopista de 38 kilómetros que le dará carril exclusivo a vehículos particulares y de carga en el paso Cristo Redentor del lado argentino.
Las sombras de la economía que miran los CEOs sin duda se depositan en el mediano plazo; por ejemplo en la calidad del empleo que vendrá, ya que los resultados de las pruebas internacionales en materia de educación muestran que la Argentina no registra mejoras en los aprendizajes entre 2006 y 2012, mientras que Brasil o México, por ejemplo, están entre los primeros cinco países que más aumentaron su puntaje promedio en matemática. En tiempos de colegios tomados, es bueno observar que en el mismo período el acceso a la educación es más equitativo entre los diferentes estratos sociales, pero las brechas aumentan en cuanto a la graduación, ya que el 54% lo hace en los estratos más altos, pero sólo tres de cada diez chicos se reciben en los más bajos.
Estos temas del futuro se discutirán mañana en el IX Foro de Calidad Educativa que organiza Educar 2050 en el Centro Cultural de la Ciencia, y también en el 53º Coloquio de IDEA, la semana próxima en Mar del Plata.
Noticia publicada en: https://www.cronista.com/columnistas/Los-CEOs-estan-muy-atentos-a-las-luces-y-sombras-de-la-economia-que-viene-20171004-0058.html