El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en los Estados Unidos registró una tasa interanual del 7,9% en febrero, la mayor cifra en cuarenta años, anunció este jueves la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS según su sigla en inglés) dependiente del Departamento del Trabajo.
La cifra interanual, sin precedentes desde enero de 1982 y con un alza de cuatro décimas respecto de la del mes anterior, genera temor a que se produzca un fenómeno de “estainflación” en los Estados Unidos, es decir, de alta inflación y un crecimiento económico estancado.
En tanto, la comparación mensual presentó un alza de 0,8% en febrero, frente al 0,6% registrado en enero.
Las subas se concentraron en los valores de la gasolina, los alimentos y el alojamiento; y se situaron en línea con las expectativas de los economistas, según la agencia Bloomberg.
También subieron los precios de los muebles de hogar, recreación, seguros para automotores, cuidado personal y pasajes de avión.
La cifra interanual genera temor a que se produzca un fenómeno de “estainflación” en los Estados Unidos, es decir, de alta inflación y un crecimiento económico estancado.
Si se tiene en cuenta únicamente la inflación subyacente, sin los valores más volátiles de la energía y los alimentos, la misma marcó un 6,4% anual (una aceleración de 0,4% frente al mes anterior y el mayor alza también desde 1982) y 0,5% mensual.
Los precios de los bienes avanzaron 13% con fuertes alzas en los valores de los automóviles, tanto en los 0 kilómetro (12,4% anual) como en los usados (41,2% anual), mientras que los servicios lo hicieron en 4,8%.
Por su parte, el valor de los alimentos crecieron 1% mensual y el costo del alojamiento lo hizo en 1,4%.
En el caso de los alimentos, la comparación anual indicó un alza del 7,9% anual, la más fuerte desde julio de 1981.
Luego de una década en la cual los precios se situaron con un promedio de suba del 2% anual (acorde con las metas de las Reserva Federal), la inflación en los Estados Unidos comenzó su repunte a principios del año pasado, con la liberación de la restricciones impuestas por la pandemia de Coronavirus.
Mientras que la demanda se vio beneficiada con beneficios y estímulos otorgados por el Gobierno que impulsaron al consumo y a un ritmo de crecimiento en la economía estadounidense que fue el mayor en 37 años; la oferta se enfrentó con múltiples problemas en las cadenas de suministro globales, un mayor costo del transporte y, en algunos casos, la escasez de fuerza laboral para sus establecimientos.
Pese a las expectativas iniciales de que febrero marcaría un pico en el dato inflacionario, se espera que la inflación continúe acelerándose, ya que los datos aún no reflejan las consecuencias del alza de las commodities por la guerra entre Rusia y Ucrania.