El mercado global de commodities, el más importante para la Argentina, cuya estructura tiene una enorme capacidad de producción de alta calidad de harina, aceite y porotos de soja, trigo, maíz, carnes y lácteos, entre otros, tuvo un desempeño para el olvido este año. Para el 2024, las perspectivas son mucho más favorables, ya que la sequía habrá quedado atrás y el campo parece estar listo para la revancha.
La sequía no sólo golpeó al comercio exterior por el lado del menor volumen exportado. También impactaron los menores precios internacionales de lo que el país exporta, que cayeron más que la baja de los precios de importación.
El resultado de todo ese comportamiento fue una suba del déficit comercial. Los números del INDEC indican que, entre enero y octubre, el saldo de la balanza comercial fue deficitario en US$ 7.396 millones.
Pero si hubiesen prevalecido los precios del mismo período de 2022, el saldo comercial habría experimentado un déficit menor, de US$ 6.165 millones. Son casi US$ 1.200 millones menos entre un año y otro.
De acuerdo con el Informe del INDEC, «bajo este supuesto, y ante el mayor descenso del Índice de precios de las exportaciones (-9,6%), comparado con el Índice de precios de las importaciones (-7%), el país registró una pérdida en los términos del intercambio de 1.786 millones de dólares» .