Mientras asoman los reclamos habituales de fin de año, los principales CEOs del sector privado tildan con verde los objetivos alcanzados durante 2017. Puede haber observaciones puntuales especialmente en cuestiones tributarias que destratan a referentes provinciales en relación a Capital y Buenos Aires pero todos los sectores, según un exhaustivo relevamiento de El Cronista, admitieron estar cerrando este año con mejoras significativas respecto de 2016 y, en un puñado de casos, incluso reconocen que los últimos dos o tres de este año empardaron o superaron levemente los indicadores 2015.
Hubo dos elementos clave desde la visión empresarial. Por un lado, llegaron los brotes verdes y mejoraron la ecuación de los negocios y, por otro, el resultado de las elecciones que destrabaron inversiones. El crecimiento económico se dio en todos los sectores con bases importantes que abonan un terreno muy fértil para lo que vendrá. Por eso en el sector privado respaldan las reformas tributaria, laboral y previsional y las quieren lo más rápido posible. Es decir, si el primer semestre de 2018 tendrá buen envión merced a 2017; lo mejor para reforzar el repunte en la segunda mitad de 2018 sería que las tres reformas estén aprobadas (y operativas) en junio.
«Este año fue una transición positiva, hubo brotes y también ganas dentro del sector privado para cambiar las expectativas», sintetizó Javier Goñi, gerente general de Ledesma y presidente de IDEA. En las grandes empresas hay apoyo a las reformas que impulsa el Presidente aunque en la letra chica también hay caras largas en torno al empalme que, en cinco años, tendrán los descuentos impositivos respecto de los beneficios impositivos que se tienen hoy. Pero, descuentan en las compañías, que todo se reencauzaría de la mano de los gobernadores y sus alfiles en el Congreso, como ya ocurrió, de hecho, con los impuestos internos.
En la Conferencia de la Unión Industrial, los pasados lunes y martes se oyeron voces críticas respecto de las políticas del Banco Central para contener la inflación, pero claramente a los dueños de las fábricas en la gestión Macri les tocará ceder y, tal vez, recuperar el músculo exportador que estuvo dormido en los últimos años. Para eso, el Gobierno les ratificó una vez más -en los VIP que mantuvieron con cada uno de los ministros y secretarios que pasaron por Parque Norte (casi todo el gabinete económico)- que habrá más acuerdos tripartitos (al estilo Vaca Muerta) para acomodar los costos internos al mercado internacional.
Aun con los matices necesarios para contener a las bases fabriles, Miguel Acevedo, titular de la UIA, lo dijo clarito ante la consulta de este diario: «Las reformas que se impulsan tienen un gran punto en común que es ampliar la base tributaria en blanco porque para acceder a los beneficios hay que operar en blanco y esa es una gran oportunidad para la Argentina». Lo importante parece ser que al discutir la letra chica, los debates ahora se concentran en cómo ganar competitividad, aun en las ásperas discusiones con sindicalistas, entre empresas y con el Gobierno.
Entre las escaramuzas de fin de año, las tensiones laborales serán protagonistas en diciembre. Por eso en la UART, que agrupa a las aseguradores de riesgo de trabajo y que comanda Mara Bettiol, celebran un fin de año con un 80% de adhesiones provinciales a la nueva ley de ART (ya se sumaron CABA, Córdoba y Mendoza) aunque faltan Santa Fe y Buenos Aires. La litigiosidad está en descenso a nivel nacional aunque queda por resolver el stock de cerca de 350.000 casos que aún esperan definición judicial. La Justicia también está en la mira empresaria porque se esperan novedades en casos de corrupción que salpican al sector privado. Los mismos hombres de negocios esperan que los jueces aceleren sus condenas y haya presos al término del verano.
Con esta foto, la proyección 2018 parece muy buena, aun cuando la inflación anual cierre cerca de 22% ó 23%. «Si 2017 fue un paso importante en la dirección correcta, 2018 se preanuncia como otro paso muy importante en la misma dirección» auguró Juan Vaquer, presidente de Dupont para América Latina y titular de los empresarios cristianos de ACDE.
En las oficinas donde se toman decisiones de peso ya se sabe que hay inversiones saliendo del horno porque ya fueron aprobadas, especialmente tras las elecciones legislativas. Ya se mueven con fuerza los desembolsos en energía renovables, en Vaca Muerta, en el agro que pondría al menos otros u$s 10.000 millones el año próximo (aún con inundaciones y seca en otras regiones), en la construcción. A lo mejor son áreas que no se ven desde el Obelisco, como por ejemplo el Belgrano Cargas, que ya arrancó pero que aún falta un año y medio para que el flete haga en sólo cuatro días el mismo recorrido que hoy le lleva 23.
Por supuesto, entre los analistas que escuchan algunas empresas están los que diagnostican desde su propia ansiedad y prefieren un ajuste más hosco en el gasto. También, quienes intentan poner serenidad. «La Argentina está en el primer round de las reformas y es bueno que nos vean afuera, de donde pueden venir las inversiones reales, con un Gobierno que se esfuerza con su política fiscal y previsional y no repitiendo la receta de devaluar y listo», ejemplificó el economista Mario Blejer en diálogo con radio Mitre. Del mismo modo, quienes aprueban inversiones reales preanuncian un futuro más próspero aunque conviviendo con el inevitable gradualismo económico. Es decir, con estos números 2017, está la base 2018.
Nota aparecida: https://www.cronista.com/columnistas/Los-CEOs-le-ponen-aprobado-al-balance-2017-y-creen-que-el-envion-seguira-durante-2018-20171206-0056.html